Cuando el pequeño Santiago Munez cruza la frontera de México y se traslada a Estados Unidos con su familia, sólo tiene dos preciadas posesiones: su balón de fútbol y una foto de la Copa del Mundo hecha jirones. Pero cuando el británico Glen Foy, un antiguo futbolista que llega al barrio para visitar a su hija, ve jugar a Santiago en un partido local, reconoce de inmediato a un futbolista hábil, rápido y valiente: el tipo de talento del que está hambrienta la Premiere League inglesa.